por Perla Sofía Curbelo
Agrotemas conversó con el agrónomo Juan Santiago sobre su agenda para los próximos dos años frente al Colegio.
“Si bajan las oportunidades en el sector agrícola, preocupa el futuro de los agrónomos; si el empleo gubernamental, como consecuencia de la Ley 7, se va reduciendo, se limitan aún más las oportunidades de trabajo”, expresó preocupado Santiago.
Tradicionalmente, la mayoría de los agrónomos, una vez graduados, solicitaban trabajo en el Gobierno, particularmente en el Departamento de Agricultura. Sin embargo, ante la eliminación de plazas, reestructuraciones en las agencias y el poco apoyo al sector agrícola ha contribuido cada vez más a la escasez de trabajo en servicio de los agricultores.
“En la cuantificación tal vez no lleguen a 20 (el número de agrónomos cesanteados por la Ley 7) pero con uno, es mucho”, añadió Santiago.
Precisamente, el Colegio está ofreciendo asistencia legal, limitada a la consultoría, a aquellos miembros afectados por esta ley.
Asimismo, Santiago afirmó que en el Colegio estarán 'bien atentos a la estructura final' del Departamento de Agricultura y algunas de sus agencias sombrillas para auscultar qué oportunidades en las Alianzas Público Privadas (APP) pueden surgir para los agrónomos. “Los agrónomos nos debemos a los agricultores...y nosotros queremos brindarles los servicios”, añadió.
Mientras tanto, la discusión sobre seguridad alimentaria en Puerto Rico no puede posponerse más. Para ello, el Colegio se encuentra en conversaciones con diferentes organizaciones, entre ellas Acción y Reforma Agrícola (ARA), el Consejo de Productividad Agrícola (CPA) y el mismo Departamento de Agricultura (DA) para desarrollar un plan agrícola a diez años que represente un 'verdadero' consenso para el sector. 'Inmune' a cambios políticos. Idea impulsada por el actual Secretario de Agricultura, Javier Rivera Aquino, cuando éste presidió la Comisión de Agricultura de la Cámara de Representantes, el cuatrienio pasado.
Se espera que para antes que finalice el mes de enero se dé la primera reunión en la sede del Colegio en San Juan.
El Presidente del Colegio tiene a su haber desarrollar una campaña de divulgación para crear aún más conciencia sobre la importancia de la agricultura en el desarrollo económico del país. Asimismo, aumentar la matrícula del Colegio con al menos 500 nuevos miembros en los próximos dos años.
Para ello, el Colegio se mantiene activo a través de actividades universitarias con los futuros profesionales de la agricultura. El CAPR participa a través de actividades en el Colegio de Ciencias Agrícolas del Recinto Universitario de Mayagüez; ofrece becas estudiantiles e incentiva a los nuevos miembros con un vale para pagar la primera colegiación, compulsoria por ley.
Asimismo, se han propuesto actualizar y contactar 1,500 agrónomos que no están activos. Actualmente el Colegio tiene alrededor de 2,000 miembros. “Es nuestro interés que los agrónomos mantengan su licencia al día”, señaló Santiago. Por eso, éste se ha puesto en comunicación con la Junta Examinadora del Colegio, para identificar diversos recursos para atraer y educar a la matrícula con cursos accesibles economicamente. “Estamos hablando de ofrecer descuentos; cursos de educación continua en $25 y hasta gratis”, comentó entusiasmado Santiago, quien preside desde agosto del 2009. La mayoría de los cursos mensuales se ofrecen en las nuevas instalaciones del Colegio y también alrededor de la isla.
En cuanto a los sectores agrícolas con posible repunte para este nuevo año, y que son áreas de oportunidad para los agrónomos puertorriqueños en el sector privado, Santiago mencionó a la industria avícola y a la industria de ganado de carne de res. En el caso de los pollos, “tenemos la infraestructura, el grano accesible y la demanda de los consumidores”.
Sin embargo, no pudo decir lo mismo para otros sectores como el café, la industria lechera y las ornamentales. Sobre el sector lechero, éste informó que el Colegio espera culminar para junio de este año un estudio para comprobar si en efecto el aumento o disminución de 1 ó 2 centavos en la leche afecta significativamente el bolsillo de los consumidores.
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