domingo, 1 de junio de 2008

Oportunidades ante la crisis alimentaria

La actual crisis agrícola y hacia donde nos dirigimos
por Agro. Pablo A. Arroyo Casañas
Especial para
Agrotemas de Puerto Rico

Recientemente asistí a una charla ofrecida por el Dr. Pearse Lyons, Presidente de Alltech, Inc., el pasado 2 de abril, como parte de la 18va Ronda Latinoamericana 2008. Esta es una gira anual que viene realizando la compañía a través de los países de CentroAmérica, Sur América y el Caribe para informar sobre las últimas tecnologías en la industria. Esta es la primera vez que vienen a Puerto Rico, al identificarlo como un mercado potencial.

En esta conferencia, que llevó como titulo “El rompecabezas del costo del alimento: ¿desempeño o rentabilidad? el Lyons explicó las causas de la crisis mundial en la agricultura y habló del rumbo que ha de tomar la industria agropecuaria dentro de los próximos 20 años. Aquí comparto con ustedes los puntos que se discutieron e incluyo mis reflexiones sobre el tema. Espero que sirva de inspiración a los líderes agrícolas de nuestro país.

Perspectiva
Entendamos que la crisis actual en la producción agrícola está vinculada a la crisis energética. Se estima que los abastos actuales de petróleo se agotarían en tan solo 32 años. Esto se agrava aún más cuando las actuales condiciones políticas y económicas a nivel mundial que inciden en el medio oriente contribuyen a elevar los precios del petróleo a niveles históricos. Por lo tanto, es urgente encontrar fuentes de energía alternativas que sustituyan el petróleo. Y esto se hace aún más urgente cuando evaluamos los daños causados al ambiente por el uso indiscriminado de los combustibles fósiles.

La crisis energética es real. Es por esto que el gobierno de Estados Unidos implementa una política (aunque mal planificada) para la producción de etanol, un biocombustible no contaminante que se produce a partir del maíz o caña de azúcar como materia prima. En consecuencia, se destina una gran cantidad del maíz sembrado para la producción de etanol y el abasto de maíz disponible para la agricultura se reduce, lo que eleva los precios del grano. En el año 2007 se destinaron 20 millones de toneladas métricas para la producción de etanol, lo que equivale a la producción total de maíz de Argentina, el segundo exportador del mundo.

Aunque continúa aumentando el cuerdaje de maíz sembrado en Estados Unidos, este maíz estará destinado para la producción de etanol y no para la alimentación de animales. De todos modos, el mercado del etanol es uno mucho más lucrativo para los productores de maíz que el agrícola. Además, se reduce la cantidad de superficie sembrada de los otros granos, tales como la soya y el trigo, y el precio aumenta. Y tengamos en cuenta que nos es sólo la oferta y la demanda lo que incide en los precios de los granos, sino también el aumento en los costos de los insumos, como los fertilizantes, mano de obra, maquinarias y por último el flete para transportarlos.

Como consecuencia, la producción agrícola se afecta, pues todo lo necesario para producir un litro de leche, una libra de pollo o una libra de tomates ahora cuesta más y el precio tiene que aumentar. ¿Y donde está el problema, si lo que tienen que hacer los productores agrícolas es subir el precio de lo que venden y ya está? La realidad es que esto no es así de sencillo. Si fuera así, entonces por qué continúan cerrando plantas procesadoras de pollos en Estados Unidos y Puerto Rico.

En primer lugar, la situación es que en la agricultura, los productores no pueden subir los precios a la misma velocidad con la que suben sus costos de producción. Operamos en un mercado competitivo, donde inicialmente las compañías tratan de amortiguar este incremento en los costos, subiéndolo escalonadamente, pues de lo contrario sus clientes se van con la competencia, que tiene una mejor situación financiera y puede absorber parte de los costos, aunque sólo en el corto plazo.

En segundo lugar, los alimentos se tratan de un bien básico, que en muchas ocasiones su precio está regulado por el gobierno, como lo es el caso de la leche en Puerto Rico en donde los costos de producción aumentan diariamente mientras que el precio se revisa cada 6 meses. En el fondo, la realidad es que habrá menos producción y lo que se produce será más caro. Muchas compañías que no puedan lidiar con este embate buscando nuevas estrategias reducirán y/o cesarán sus operaciones, dejando a menos competidores ejerciendo un mayor control en el mercado.

Después de lo expuesto anteriormente, las preguntas que surgen, desde el punto de vista de los agricultores, son las siguientes: ¿Podremos sobrevivir? ¿Cómo podremos mantener la rentabilidad de nuestras operaciones? ¿Contamos con las estrategias para mantenernos y hacer crecer nuestras operaciones en tiempos de crisis? Pearse Lyons expone los siguientes puntos, que muestran que la crisis actual la podemos ver como un nuevo comienzo para la agricultura, como una oportunidad para reinventar la agricultura, redefiniendo la agricultura dentro de una “revolución verde” en armonía con el ambiente y proveyéndonos de energía limpia.

Oportunidades y Soluciones
Según el Lyons, podemos sobrevivir, siempre y cuando pensemos de una manera diferente y lo hagamos rápidamente. Lo cierto es que el etanol por sí solo no será capaz de satisfacer toda la necesidad energética y vendrá en conjunto con otras iniciativas de energía alterna como la luz solar, la eólica, la mareomotriz y el gas metano. Esta última tiene un potencial enorme, pues los excrementos de los animales en su proceso de descomposición producen gas metano en cantidades abundantes. Por ejemplo, una vaca durante su vida productiva puede producir suficiente gas metano para propulsar un automóvil una distancia de 12,000 millas. Entonces, el valor de los animales no se medirá sólo en términos de la carne o leche que producen, sino en la cantidad de energía que pueden generar como gas metano. Entonces, la importancia de la agricultura se duplica, pues será responsable de proveernos de alimento y también de energía. Y esto representa una oportunidad real para los agricultores.

La producción pecuaria estará vinculada con la producción de energía. Se estima que para el año 2020, ya no se utilizará el maíz o la soya en las dietas de los animales. Se utilizarán los granos de distilería, un subproducto de la producción de etanol, lo cual debería ser más económico que la utilización de granos. El etanol también se puede producir a partir de caña de azucar, lo que es más viable en Puerto Rico. Avances recientes en la investigación nutricional demuestran que ciertos hongos pueden liberar la energía y proteína de materiales fibrosos, elevando el valor nutricional de los subproductos de la producción de etanol y de los forrajes en general. Quiero añadir que la industria lechera en Puerto Rico se puede beneficiar del mejoramiento de forrajes, para así poder reducir la cantidad de concentrado. Los países de Centroamérica ya están utilizando gramíneas y leguminosas tropicales de alto valor nutritivo exitosamente.

Los países asiáticos están experimentando un alto crecimiento económico, especialmente la China y la India, y con un poder adquisitivo en aumento, ellos están demandando más carne y leche y están dispuestos a pagar más por estos productos. Esto significa una oportunidad, especialmente para los ganaderos de leche. Como ejemplo, el estado de Idaho producía papas como su principal actividad agrícola, pero recientemente la producción lechera se ha convertido en su primer rubro e incluso duplicaron su producción a pesar del incremento en los costos. Estos es porque la leche se exporta directamente a las Filipinas, donde el consumo de leche está aumentando considerablemente. Pero no nos vayamos tan lejos, porque Puerto Rico podría exportar leche y otros productos agrícolas a las islas vecinas, mercado que aún no se ha explotado.

Puerto Rico, por su posición privilegiada y como un puente cultural y comercial entre Latinoamérica y Estados Unidos, puede convertirse en el modelo tecnológico para la producción de alimentos y energía del futuro. Un proyecto que actualmente se está desarrollando en Kentucky combina la producción de etanol, leche y carne a partir del pasto varilla, un pasto nativo de las praderas de Estados Unidos. El pasto varilla provee la celulosa para ser degradada en azúcares y posterior fermentación en etanol. Los desperdicios de fibra como subproductos de este proceso serán usados para alimentar el ganado lechero y de carne después de convertirlos en productos de alto valor nutricional a través de la fermentación en estado sólido. El gas metano producido por los excrementos del ganado será utilizado para proveer de energía a toda la operación y el estiércol como fertilizante para las siembras.

Análisis y Conclusiones
Definitivamente la producción de biocombustibles ha trastocado la agricultura y la producción de alimentos a nivel mundial. En el sector agrícola, aunque entendemos que todo esto surge a raíz de buscar alternativas al petróleo y de frenar la contaminación ambiental, consideramos que estos cambios se tienen que implementar dentro del marco de una política energética coordinada, cosa que no ha sucedido hasta el momento. Paralelamente los gobiernos necesitan incentivar las otras fuentes de energía (solar, eólica) y tomar las medidas necesarias para asegurar un abasto de alimentos adecuado al menor costo posible.

Todo esto representa un gran reto para la agricultura, el denominador común. Nunca antes se le había encomendado tan loable responsabilidad: liderar el movimiento para salvar nuestro planeta y salvar la humanidad. No es sólo producir el sustento de los seres humanos sino de proveerles de una fuente de energía que nos permita restaurar el medio-ambiente y garantizar la sostenibilidad de generaciones futuras. Y entonces, ¿por qué no se le otorga la importancia que merece?

En Puerto Rico consideramos que la agricultura es parte del pasado y que ya no la necesitamos. De todos modos, hemos funcionado importando más del 80% de nuestra comida. ¿Y por qué preocuparnos? Porque ahora los alimentos van a ser mucho más caros y tendremos que invertir una proporción aún mayor de nuestros ingresos en estos y no siempre estarán disponibles.Los costos de transportación son ahora tan elevados que en muchos renglones lo que se produce aquí no es necesariamente más caro que lo que se trae de afuera. Y tengamos en cuenta los empleos que pueda generar una industria agrícola fuerte, pues como podemos ver la manufactura y el turismo no pueden proveer todos los empleos que necesitamos. Tampoco se trata de pretender ser autosuficientes, pues eso es irrealista. Se trata de tener cierto margen de seguridad alimentaria. Y tampoco se trata de seguir el modelo tradicional, sino de una agricultura de vanguardia, repensando las tecnologías para proveer de soluciones al Puerto Rico de hoy. Como expresó al final Lyons, “soltémonos y desarrollemos nuestro potencial, seamos parte de la “generación verde”, evitemos el estancamiento y convirtamos a Puerto Rico en una supermarca, en un modelo tecnológico”.

Claro está, las alternativas aquí presentadas son soluciones a largo plazo, que para ser ejecutadas se necesitará la acción concentrada del gobierno, el sector privado, y los productores . Y todo esto es mucho más fácil decirlo que hacerlo, pero no es imposible.

Edición Agrotemas Mayo 2008

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