lunes, 17 de noviembre de 2008

Opinión

Falta o exceso de administración en Agricultura…
por Agro. Carlos A. Flores Ortega
Especial para Agrotemas de Puerto Rico

Cada cuatro años se repite la misma historia: un proceso de elecciones, que puede traer cambios de gobierno y por consiguiente cambio del liderato que establecerá política pública en el desarrollo agrícola del país.

Nuestra esperanza descansa en que en este proceso se escojan personas con la preparación y la experiencia necesaria para conocer no sólo los problemas sino el potencial de la agricultura. Además, que sepan cómo explotarlo a su máxima capacidad de forma integrada en otros sectores económicos.

Sin embargo, la preparación y la experiencia en la agricultura no son las únicas cualidades que tienen que tener los oficiales que establecerán política pública. Existe un elemento adicional que en muchas ocasiones pasa desapercibido en la selección de estos funcionarios e imposibilita que estos puedan establecer su plan de trabajo y lograr lo que se propusieron. Este elemento se llama experiencia en administración pública. Como cuando vamos a un médico a atendernos algún padecimiento del corazón, buscamos un médico cardiólogo con experiencia y no un podiatra recién graduado, aunque ambos son médicos de profesión.

La gestión gubernamental durante los pasados años en el desarrollo agrícola de Puerto Rico ha sido catalogada por la mayoría del liderato agrícola como una fatal y de retroceso en todos los renglones agrícolas del país. La opinión generalizada de falta de gestión gubernamental, ha sido ampliamente expuesta por los medios de comunicación y en cada foro o reunión donde participan los agricultores y empresarios agrícolas. Los mayores desaciertos que han llevado a esta situación no se trata de experiencia en la agricultura sino de dos extremos en la gestión gubernamental que podemos definir como; falta de administración y exceso de administración pública.

Si evaluamos objetivamente la gestión gubernamental agrícola en los pasados años, encontraremos que en ocasiones la falta de Administración conllevó a la desarticulación de programas y servicios que tenían la obligación de servir eficientemente al agricultor y a la pérdida de dirección y misión que tiene la agencia en el desarrollo agrícola del país. No encontramos evidencia de un solo programa de nueva creación, que haya traído beneficios de impacto al desarrollo agrícola bajo la presente administración. Las estadísticas de la Junta de Planificación, y de la propia agencia, así lo demuestran.

Por el contrario, la falta de administración articulada y planificada ha ocasionado un desfase en casi toda la agencia y una dramática reducción en sus presupuestos.

En los pasados ocho años, el Departamento de Agricultura ha tenido cinco Secretarios en periodos desde meses hasta dos años continuos de gestión. Desde Secretarios destituidos hasta el abandono del cargo por entrar en campañas políticas, han dejado una estela de incertidumbre, desorganización y deudas millonarias que en nada ha beneficiado al agro del país. Este cambio continuo de dirección de acuerdo con el Secretario de turno (Agro. Garbriel Figueroa), unido a la falta de un plan de gobierno central para mantener orientada la agencia, han sido sinónimos de falta de administración aún y con las plazas cubiertas.

Cada vez que un Secretario cambia, también se inicia un proceso de cambios en la pirámide administrativa de empleados de “confianza” de la agencia que ocasiona atrasos y modificaciones a los acuerdos tomados por el Secretario anterior. Estos periodos de transición pueden tomar desde semanas hasta meses, lo cual ocasiona un letargo administrativo, la desmoralización de los empleados de la agencia y la frustración de los agricultores.

Falta de administración también ocurre cuando no se cuenta con planes concretos y se descansa en la administración de “día a día”. También, cuando la cúpula de la agencia no puede convencer a la Oficina de Gerencia y Presupuesto de la necesidad de recursos para sus proyectos y el Secretario no cuenta con el apoyo de su Gobernador para que se tome en consideración sus recomendaciones.

Falta de administración ocurre cuando el Departamento de Agricultura no se acerca, ni con una vara larga, a sus contrapartes de las agencias Federales de Agricultura. No ha habido coordinación de esfuerzos en áreas tan importantes como la inspección de Puertos y Aeropuertos para evitar la entrada de nuevas plagas y enfermedades, y la búsqueda de millones de dólares en fondos federales para mitigar la falta de recurso local.

Falta de administración ocurre cuando se utiliza el 75 porciento del presupuesto total asignado a la agencia, para nómina y gastos administrativos y tan sólo un 25 porciento para los incentivos y ayudas al agricultor.

Falta de administración y compromiso es el permitir el cierre de programas como Maquinaria Agrícola. También es falta de administración el haber permitido que tantos núcleos de producción se hayan ido a la quiebra y se hayan botado millones de dólares en inversión en centros de mercadeo y empaque, distribución y procesamiento como los de Yuca Linda en Isabela, Pollos Picú en Coamo, plantas de procesar y mercadear farináceos en San Sebastián, Utuado, Yabucoa, y muchos más en casi todos los renglones agrícolas a través de la isla.

Falta de administración es permitir el nepotismo resultado de empleados que reclutan a familiares como si la agencia fuera una finca privada. Falta de administración ocurre cuando la agencia no puede honrar sus compromisos de aumento de sueldo a sus empleados y tiene que ser obligada a través de los tribunales a pagar demandas con cargos adicionales como penalidad.

Falta de administración también es cuando la agencia es multada por la EPA (Agencia de Protección Ambiental) con miles de dólares por no cumplir la reglamentación en el uso de plaguicidas y cuando no puede atender eficientemente el control de la broca del café o la sigatoka negra en los plátanos y guineos desde el mismo momento en que fueron detectadas.

Para evitar caer en falta de administración se debe contar con planes claros y concretos de qué es lo que se quiere lograr, en qué tiempo y con qué recursos. Es necesario que desde el más alto nivel gerencial hasta el último personal de apoyo en la línea, tengan bien claro cuál es la misión de cada uno para que todos trabajen como un equipo. Además, es necesario que las personas en cargos con poder decisional o que ejecutaran política pública conozcan bien el sistema que van a administrar y puedan quitar del medio todo proceso que no añada nada al producto final sin caer en falta de fiscalización.

Por otro lado, la administración pública y la burocratización se han convertido en el principal enemigo de agricultores e inversionistas que tratan sin éxito lograr adquirir permisos y ayudas para sus empresas.

La administración pública es para algunos un arte y para otros una ciencia y como tal hay que conocerla y estudiarla. Para otros es un verdadero dolor de cabeza porque no la entienden y tratan sin éxito de luchar en contra de la corriente o de estatutos, leyes y reglamentos, hundiéndose en frustraciones cuando las cosas no salen como se han planificado. Cuando un Secretario de agencia y su equipo de trabajo no conocen la administración pública, comienzan los tropiezos y la falta de agilidad y eficiencia convirtiéndose en “burocracia” con los resultados que todos sabemos. A esto le podemos llamar Exceso de Administración. Cuando un agricultor tiene que someter los mismos documentos año tras año para mantenerse operando, sabemos que hay exceso de administración.

De igual modo, cuando un agricultor tiene que esperar por tiempo indefinido para saber si recibirá una aprobación de cualquier ayuda y lo pasan de oficina en oficina como papa caliente y nadie sabe dónde está su caso, sabemos que hay exceso de administración.

Cuando el programa de Comedores Escolares no puede conciliar las cuentas con ASDA porque hay tantos recibos y se necesita esperar por tanta gente que certifique que se entregó una caja de yautía en una escuela pública, tenemos exceso de administración. Cuando un agricultor nunca puede reunirse con su Director Regional por éste siempre estar “muy ocupado” y cuando las nóminas de subsidio salarial se atrasan por más de un año sin nadie saber por qué, sin duda tenemos un problema de exceso de administración.

Nos encontramos ante un proceso de elecciones generales donde el pueblo de Puerto Rico decidirá si continúa con el mismo ritmo de gobierno o cambia el gobierno a uno que ofrezca un nuevo curso. Por eso es necesario hacer una evaluación de qué ha ocurrido durante los pasados años y qué nos espera en el futuro inmediato.

El liderato agrícola, los Alcaldes, Legisladores y el propio Gobernador deben conocer esto para asegurar que el próximo Secretario de Agricultura y su equipo de trabajo tengan la capacidad de administrar eficientemente y no vengan a inventar o a repetir los errores de falta y exceso de administración.

Si aseguramos un balance entre el conocimiento técnico, la capacidad administrativa y la experiencia en el servicio público, con gran probabilidad tendremos éxito. Personalmente conozco varios profesionales que cumplen estos requisitos, por lo que espero que en este próximo cuatrienio se escoja el mejor equipo y tengamos más suerte en el desarrollo agrícola.

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